Descubre por qué Émile Durkheim es más que el padre de la sociología. Conoce sus teorías, influencias y su legado en el análisis social contemporáneo.
Émile Durkheim es considerado el padre de la sociología, pero su impacto va mucho más allá. En este artículo, exploramos sus ideas sobre la moral, la religión y la educación, además de cómo sus teorías siguen siendo clave para entender la sociedad hoy en día. Descubre por qué Durkheim sigue siendo una referencia fundamental en la sociología.
Tabla de Contenidos
¿Por qué Émile Durkheim es importante?
Émile Durkheim (1858-1917) es conocido como el padre de la sociología moderna, pero su impacto va mucho más allá de simplemente fundar una disciplina. Fue un pensador brillante que estudió cómo la sociedad se mantiene unida, explorando temas como la moral, la religión y la educación.
Durkheim no sólo le dio a la sociología un método propio y riguroso, sino que también mostró cómo la moralidad y la religión no son solo cuestiones personales, sino fenómenos colectivos que nos conectan.
¿Por qué sus ideas siguen siendo clave para entender la sociedad actual? Sigue leyendo y descubre cómo su legado sigue marcando el análisis social hoy en día.
Durkheim y el nacimiento de la Sociología Moderna
Durkheim fue uno de los primeros en dejar claro de qué trata realmente la sociología: su objeto de estudio son los hechos sociales. Para él, estos hechos son formas de actuar, pensar y sentir que existen fuera del individuo, pero que tienen tanta fuerza que terminan influyendo en nuestra vida.
En su obra Las Reglas del Método Sociológico (1895), sentó las bases para estudiar la sociedad de forma científica, diferenciando la sociología de la psicología y la filosofía. Con este enfoque, Durkheim quería analizar las estructuras sociales de manera objetiva y basada en datos.
Teorías Clave de Durkheim
El hecho social
Piensa en algo tan simple como respetar un semáforo en rojo o saludar al entrar a un lugar. Nadie te obliga directamente, pero lo haces porque es una norma social que se ha establecido y que, si la rompes, puede generar rechazo.
Eso es un hecho social, según Durkheim: una fuerza colectiva que moldea nuestro comportamiento. Sus ideas fueron revolucionarias porque demostraron que nuestras acciones no dependen solo de decisiones individuales, sino de reglas y valores que la sociedad nos impone.
Pero, si las normas y valores que seguimos no son solo producto de nuestras decisiones individuales, ¿de dónde vienen? Aquí es donde entra su concepto de conciencia colectiva.
Conciencia colectiva
¿Alguna vez te has sentido orgulloso/a al ver a tu país ganar un torneo o te has indignado ante una injusticia social? Eso es parte de la conciencia colectiva, el conjunto de valores y creencias compartidos que nos unen como sociedad.
Para Durkheim, esta conciencia es más grande que cualquier individuo y es fundamental para la estabilidad social. Sin ella, cada persona haría lo que quisiera sin preocuparse por el bienestar común.
Pero no todas las sociedades funcionan de la misma manera. Dependiendo de cómo estén organizadas, la cohesión entre sus miembros se da de formas distintas. Ahí es donde Durkheim introduce sus ideas sobre solidaridad mecánica y orgánica.
Solidaridad mecánica y orgánica
En «La División del Trabajo Social» (1893), Durkheim introdujo las nociones de solidaridad mecánica y solidaridad orgánica. La primera se basa en la similitud y homogeneidad en sociedades tradicionales, mientras que la segunda emerge en sociedades modernas complejas y se basa en la interdependencia y la especialización.
Imagina una comunidad rural donde todos se conocen, hacen trabajos similares y tienen las mismas costumbres. Allí, la gente se une por su similitud, lo que Durkheim llamó solidaridad mecánica.
Ahora piensa en una gran ciudad, donde cada persona tiene un rol diferente (médicos, ingenieros, profesores), y a pesar de sus diferencias, dependen unos de otros para que la sociedad funcione. Eso es la solidaridad orgánica, basada en la interdependencia más que en la similitud.
Pero, para que la sociedad se mantenga unida, no basta con que haya normas y estructuras. También se necesita un sentido compartido de lo que está bien y lo que está mal, es decir, una base moral.
Durkheim y la moral: Más allá del orden social
Para Durkheim, la moral es como el «pegamento» que mantiene unida a la sociedad. Por ejemplo, si la mayoría de las personas creen que ayudar a los demás es importante, eso crea una norma social que fomenta la solidaridad.
En El Suicidio, Durkheim estudió cómo la falta de normas claras (lo que llamó anomia) puede generar angustia y afectar la vida de las personas, explicando así por qué en momentos de crisis económicas o cambios sociales abruptos, los niveles de ansiedad y desorientación aumentan.
Si la moral es clave para la cohesión social, entonces la religión, que por siglos ha sido una fuente de valores y normas, también juega un papel fundamental.
El análisis de la religión en Durkheim
¿Por qué la gente sigue celebrando tradiciones religiosas aunque no sea especialmente creyente?
En «Las Formas Elementales de la Vida Religiosa» (1912), Durkheim analizó la religión como un fenómeno social y no simplemente como una creencia personal. Sostuvo que la religión es una fuerza social que refuerza la cohesión grupal y la identidad colectiva.
Durkheim argumentó que los rituales y símbolos religiosos fortalecen la conciencia colectiva, unificando a las personas en una comunidad moral compartida.
La educación como herramienta de integración social
Desde la infancia, aprendemos normas básicas cómo hacer fila, respetar turnos o seguir reglas en la escuela. Para Durkheim, la educación no solo transmite conocimientos, sino que enseña a los niños a formar parte de la sociedad, lo que permite que las nuevas generaciones asimilen valores colectivos y mantengan el orden social.
Más allá del aula, la educación cumple una función social que sigue siendo clave en la actualidad. Y es que muchas de las tensiones que vivimos hoy pueden explicarse a través de las teorías de Durkheim.

Legado y relevancia en la sociología contemporánea
Las ideas de Durkheim siguen explicando fenómenos actuales. Por ejemplo, en tiempos de redes sociales, se puede ver cómo la conciencia colectiva se refuerza cuando un grupo se une para defender una causa, ya sea a través de movimientos feministas, medioambientales o de derechos humanos.
También su concepto de anomia es clave para entender por qué, en momentos de crisis o incertidumbre (como la pandemia del COVID-19), muchas personas sintieron ansiedad o desesperanza al perder sus referencias sociales habituales.
Pero Durkheim no sólo nos ayuda a entender los problemas sociales, sino también a encontrar herramientas para analizarlos.
Durkheim, un visionario del análisis social
Émile Durkheim fue más que el padre de la sociología. Fue un visionario que abordó la moral, la religión, la educación y la cohesión social desde una perspectiva holística y empírica. Su enfoque científico y sus teorías sobre los hechos sociales y la conciencia colectiva siguen siendo herramientas fundamentales para el análisis social contemporáneo.
Durkheim no sólo explicó la estructura social, sino que también nos dejó una metodología rigurosa para estudiarla. Su influencia sigue viva, invitándonos a reflexionar sobre la importancia de la cohesión social y el papel de las instituciones en la estabilidad social.
Referencias
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