PolíticaConCiencia

Qué es el autoritarismo. Tipología de las dictaduras

El autoritarismo es una de las versiones de las dictaduras

El autoritarismo, o coloquialmente hablando, las dictaduras evocan imágenes de poder absoluto y falta de libertades políticas, aunque ¿son todas las dictaduras iguales? La respuesta, desde la ciencia política, es un claro no.

Dentro de los regímenes no democráticos, existe una clasificación del poder dentro de los sistemas políticos: el autoritarismo. Lejos de ser un monolito, el autoritarismo es un sistema con características propias que lo distinguen tanto de las democracias como de los regímenes totalitarios. Entender qué es el autoritarismo puede ser útil para analizar el panorama geopolítico mundial y como otra clase de organizaciones políticas y regímenes contestan la hegemonía de las democracias liberales. Este artículo te guiará a través de una explicación detallada del autoritarismo, sus diferencias con otros sistemas, otras tipologías de regímenes híbridos y las herramientas conceptuales que nos permiten comprender cómo funcionan realmente estas formas de poder.



¿Qué es el Autoritarismo? Las Dictaduras.

Para empezar, es fundamental aclarar que no todos los regímenes no democráticos son iguales. El politólogo Juan Linz (2000) estableció una distinción que se ha convertido en la base del análisis politológico moderno. Definió el autoritarismo como un sistema político con las siguientes características:

  • Pluralismo político limitado y no responsable: Esta es la característica más importante. A diferencia de los totalitarismos, en un régimen autoritario coexisten varios actores con poder (el ejército, la Iglesia, élites económicas, tecnócratas, etc.). No hay un partido único que lo controle todo. Sin embargo, este pluralismo es «limitado», porque el régimen decide qué actores son legítimos, y «no responsable», porque estos actores no responden ante la ciudadanía a través de elecciones libres (Linz, 2000, p. 159). El poder se ejerce a través de una coalición de élites.
  • Ausencia de una ideología elaborada: Los regímenes autoritarios no se sustentan en una ideología compleja y utópica como el nazismo o el comunismo. En su lugar, se basan en lo que Linz llamó «mentalidades peculiares». Se trata de ideas más vagas y generales como «la patria», «el orden», «la tradición» o «el desarrollo económico». Estas mentalidades sirven para justificar el poder, pero no ofrecen una visión del mundo cerrada y totalitaria.
  • Ausencia de movilización política intensiva: El autoritarismo no busca la participación activa y constante de las masas. Al contrario, su estabilidad se basa en la apatía y la desmovilización de la ciudadanía. Se busca que la gente se ocupe de su vida privada y deje la política en manos de las élites. La movilización popular solo se fomenta en momentos muy puntuales y siempre de forma controlada desde el poder.
  • Liderazgo con límites formalmente mal definidos pero predecibles: Aunque el poder del líder o de la junta gobernante no está sometido a una constitución democrática, en la práctica actúa dentro de unos límites predecibles, marcados por los equilibrios de poder dentro de la coalición gobernante. No es un poder totalmente arbitrario, ya que debe tener en cuenta los intereses de los otros actores del pluralismo limitado.

Diferencias entre Regímenes Autoritarios y Democráticos

La distinción más evidente es con la democracia. Mientras que el autoritarismo se define por la limitación de las libertades y la expresión política, la democracia se define por la expansión de la participación, y el control y división del poder.

  • Pluralismo y Competencia: La democracia se basa en un pluralismo prácticamente ilimitado, donde cualquier grupo puede organizarse para competir por el poder a través de elecciones libres y justas. En el autoritarismo, el pluralismo está restringido a los actores que el propio régimen considera aceptables, y no hay una competencia real por el poder.
  • Acceso al Poder: En una democracia, el acceso al poder se legitima a través de elecciones periódicas y competitivas. En un autoritarismo, se accede al poder mediante la fuerza (golpe de Estado) o la cooptación dentro de la élite gobernante.
  • Rendición de Cuentas (Accountability): Los gobernantes democráticos son responsables ante los ciudadanos, que pueden castigarlos o premiarlos con su voto. En los regímenes autoritarios, los líderes no rinden cuentas a la población, sino a los demás miembros de la coalición de poder.
  • Libertades: La democracia garantiza un amplio abanico de libertades civiles y derechos políticos (expresión, asociación, prensa) mediante constituciones que suelen estar salvaguardadas por un poder judicial imparcial. El autoritarismo restringe o anula estas libertades para impedir la organización de una oposición efectiva (Caminal, 1996).

Diferencias entre Regímenes Autoritarios y Totalitarios

Aunque ambos se pueden considerar dictaduras, el autoritarismo y el totalitarismo son fundamentalmente diferentes en sus objetivos y funcionamiento.

  • Alcance del Poder: El autoritarismo busca controlar el poder político, pero a menudo deja un margen de autonomía a la sociedad civil, la economía o la Iglesia. El totalitarismo, en cambio, busca el control total sobre cada aspecto de la vida humana, desde la política hasta el arte, la familia y el pensamiento. Su objetivo es «la transformación completa de la sociedad» (Diz, Lois y Novo, 2012, p. 69).
  • Ideología vs. Mentalidad: El totalitarismo se basa en una ideología utópica y absorbente que lo justifica todo. El autoritarismo se conforma con «mentalidades» más pragmáticas y menos ambiciosas.
  • Movilización vs. Apatía: El totalitarismo necesita a las masas en la calle, en desfiles y actos de aclamación. Es un sistema que exige participación. El autoritarismo prefiere a los ciudadanos en casa, apáticos y desinteresados por la política.
  • Naturaleza del Pluralismo: En el autoritarismo existe un pluralismo limitado pero real, con actores que tienen sus propias bases de poder. En el totalitarismo, cualquier pluralismo es aparente; todas las organizaciones son, en última instancia, extensiones del partido único.

Otros Regímenes No Democráticos

Además de los dos modelos de Linz, existen otras categorías que nos ayudan a entender casos específicos:

  • Regímenes Sultanísticos: Este término, también acuñado por Linz, describe una forma extrema de gobierno personalista. El poder se ejerce de manera totalmente arbitraria y despótica, sin ideología ni reglas. La línea entre lo público (el Estado) y lo privado (la fortuna del dictador) desaparece. La lealtad se basa en el miedo y en las recompensas personales, y la familia del dictador suele ocupar puestos clave. El régimen de Trujillo en la República Dominicana es un ejemplo clásico (Linz, 2000, p. 151).
  • Regímenes Post-totalitarios: Son sistemas que han evolucionado desde un pasado totalitario. La ideología se ha debilitado, el terror ha disminuido y la movilización es más un ritual que una convicción. Sin embargo, el partido único y sus estructuras formales todavía monopolizan el poder. Muchos países de Europa del Este tras la muerte de Stalin encajan en esta descripción (Diz, Lois y Novo, 2012, p. 77).

¿Qué son los Regímenes Híbridos?

En las últimas décadas, ha proliferado un tipo de régimen que desafía las clasificaciones tradicionales: los regímenes híbridos o autoritarismos competitivos. Estos sistemas no son democracias plenas, pero tampoco son dictaduras cerradas. Su estrategia consiste en adoptar la apariencia de la democracia para legitimarse, mientras subvierten su funcionamiento interno.

Sus características principales son:

  • Existen elecciones multipartidistas, pero no son justas.
  • El partido gobernante abusa de los recursos del Estado en su favor.
  • Se acosa a la oposición y a los medios de comunicación críticos.
  • El poder judicial y los órganos electorales carecen de independencia real.

Estos regímenes híbridos crean una «zona gris» en la que es difícil trazar la línea entre democracia y autoritarismo. Representan uno de los mayores desafíos para la consolidación democrática en el siglo XXI, ya que erosionan la confianza en las instituciones desde dentro (Diz, Lois y Novo, 2012, p. 80).

DimensiónDemocraciaAutoritarismoTotalitarismoSultanismo
PluralismoIlimitado y responsable. Competencia abierta entre múltiples actores.Limitado y no responsable. Coalición de élites (ejército, iglesia, etc.) con poder.Inexistente. Monopolio absoluto de un partido único.Muy limitado y controlado por la figura del líder
IdeologíaConsenso en valores procedimentales. Coexisten diversas ideologías.«Mentalidades peculiares». Ideas vagas como «orden», «patria», «desarrollo».Elaborada y utópica. Doctrina cerrada que lo explica y controla todo.Sin ideología predefinida, sino un culto al líder
MovilizaciónVoluntaria y autónoma. La participación es un derecho, no una obligación.Baja y apática. Se fomenta la despolitización de la sociedad.Alta e intensiva. Se exige la participación constante de las masas.Baja y con pocas expresiones políticas
LiderazgoLimitado por la ley y responsable ante los ciudadanos (elecciones).Límites predecibles pero no formales, basados en equilibrios de poder internos.Ilimitado y arbitrario. El poder del líder es absoluto e impredecible.Concentrado y arbitrario dentro de la figura del dictador
Fuente: Elaboración propia

El autoritarismo no es simplemente una versión «suave» del totalitarismo, sino un tipo de régimen no democrático con una lógica y una dinámica propias que se puede distinguir claramente de las otras expresiones del poder político. Su capacidad para gestionar un pluralismo limitado y para gobernar a través de la desmovilización ciudadana lo ha convertido en una de las formas de dictadura más persistentes y extendidas de la historia moderna.

Actualmente, muchos regímenes autoritarios buscan legitimarse imitando las formas democráticas para socavar su esencia, por lo que navegan en una zona gris entre formas democráticas y autoritarias. Hacer distinciones claras entre los diferentes regímenes nos puede ayudar a comprender la fragilidad de las libertades políticas y cómo la concentración de poder puede dar a otra clase de regímenes.


Preguntas Frecuentes (FAQ)

1. ¿El régimen de Franco en España era autoritario o totalitario?

Según el análisis de Juan Linz, que utilizó España como caso de estudio principal, el franquismo fue un régimen autoritario. Aunque tenía un partido único (la Falange) y elementos fascistas, nunca alcanzó el control total sobre la sociedad. Coexistieron otros centros de poder con influencia, como el Ejército, la Iglesia Católica y las élites monárquicas, configurando un «pluralismo limitado».

2. ¿Un régimen autoritario puede tener elecciones?

Sí, pero no son elecciones competitivas ni libres. A menudo, los regímenes autoritarios utilizan las elecciones como un ritual para aparentar legitimidad, pero sin permitir una oposición real que pueda ganar el poder. Esto es especialmente común en los regímenes híbridos.

3. ¿Cuál es la principal debilidad de un régimen autoritario?

Su principal debilidad suele ser la sucesión del poder. Al no tener mecanismos democráticos ni una ideología fuerte que trascienda al líder, el momento de la muerte o retirada del dictador genera una gran incertidumbre y luchas de poder internas entre las diferentes facciones de la coalición gobernante.

4. ¿Por qué los regímenes autoritarios prefieren la apatía ciudadana?

Porque su poder no se basa en el apoyo entusiasta de las masas, sino en la ausencia de oposición. Un ciudadano apático y centrado en su vida privada no es una amenaza. La movilización política, incluso si es a favor del régimen, puede generar expectativas y demandas que el autoritarismo no quiere o no puede satisfacer, y podría salirse de control.

5. ¿Puede un régimen autoritario evolucionar hacia la democracia?

Sí, es una de las vías de transición a la democracia. A menudo, las transiciones comienzan por divisiones dentro de la coalición autoritaria («duros» contra «blandos»). Los «blandos» pueden iniciar un proceso de liberalización que, si se combina con la presión de la oposición democrática, puede llevar a una transición pactada y a la celebración de elecciones libres.


Referencias

  • Caminal, M. (Ed.). (1996). Manual de Ciencia Política. Tecnos.
  • Diz, I., Lois, M., y Novo, A. (2012). Ciencia política contemporánea. Editorial UOC.
  • Linz, J. J. (2000). Totalitarian and Authoritarian Regimes. Lynne Rienner Publishers.
Facebook
LinkedIn
X
WhatsApp
Picture of Santi Hernandez

Santi Hernandez

Politólogo y divulgador científico. Creador de Política (con)ciencia

¿Estás interesado en algún tema?

Rellena este sencillo formulario preguntandonos sobre temas que te gustaría que investigasemos o alguna duda o curiosidad que se te ocurra. Te responderemos a la mayor brevedad posible.

Politicaconciencia
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.