Grandes Autores de la Teoría Política: Aristóteles

Aristoteles es considerado unos de los padres de la ciencia politica

Si Platón fue el brillante arquitecto de las utopías, su discípulo más famoso, Aristóteles, fue el primer artífice de un estudio sistemático de la política. Mientras su maestro miraba al cielo de las ideas, Aristóteles (384-322 a. C.) puso los pies en la tierra para analizar el funcionamiento de las ciudades, las constituciones y las causas de las revoluciones. Su enfoque metódico y su insaciable curiosidad empírica lo convierten, sin lugar a dudas, en el padre fundador de la ciencia política.

En lugar de diseñar un Estado perfecto en abstracto, Aristóteles se dedicó a estudiar los regímenes que existían, como la monarquía y la democracia, buscando los principios que garantizan la estabilidad y el «buen vivir» de la comunidad. Su clasificación de las formas de gobierno —monarquía frente a tiranía, aristocracia frente a oligarquía, y politeia (o República) frente a democracia— sigue siendo la base de nuestro vocabulario político actual.

Este artículo explora la vida, la obra y las ideas revolucionarias de Aristóteles, el pensador que nos enseñó que la política no es solo un ideal, sino un arte que puede y debe ser estudiado científicamente.



Biografía y Contexto Político

La vida de Aristóteles fue tan influyente como su obra. Nacido en Estagira, una ciudad macedonia, nunca fue ciudadano ateniense, sino un «meteco» o extranjero residente. Esta condición de observador externo, combinada con su formación como biólogo, ya que su padre era médico, le otorgó una perspectiva única, más desapegada y empírica que la de su maestro Platón.

Fue durante veinte años miembro de la Academia de Platón, donde absorbió la filosofía de su maestro para después someterla a una profunda crítica. Más tarde, se convirtió en el tutor de un joven que cambiaría el mundo: Alejandro Magno. Esta experiencia en la corte macedonia le proporcionó un conocimiento de primera mano sobre la monarquía y los grandes imperios, una realidad política que contrastaba con la pequeña ciudad-estado griega.

A su regreso a Atenas, fundó su propia escuela, el Liceo, que se convirtió en un centro de investigación sin precedentes. Allí, junto a sus discípulos, emprendió un monumental proyecto de ciencia política comparada: el estudio de las constituciones de 158 ciudades griegas. De todo ese material, solo ha sobrevivido «La Constitución de Atenas».

Obras Clave de su Pensamiento Político

El pensamiento político de Aristóteles no se encuentra en un único tratado pulido, sino en un conjunto de escritos que reflejan su método analítico. La principal dificultad para analizar el pensamiento político de Aristóteles radica en la naturaleza de los escritos que nos han llegado. A diferencia de los diálogos de Platón, que son obras literarias pulidas y pensadas para su publicación, los textos de Aristóteles, y en especial La Política, no son libros terminados.

La Política

Es su obra cumbre en esta materia y uno de los textos más influyentes de la historia. Más que un libro, La Política es una colección de tratados o ensayos que abordan el tema desde dos perspectivas distintas pero complementarias (Sabine, 2009). Por un lado, una investigación sobre el Estado ideal, que sigue la estela de Platón pero la somete a una crítica profunda y realista. Aristóteles rechaza las propuestas más radicales de su maestro, como la abolición de la propiedad privada y la familia para los gobernantes. Defiende la propiedad, argumentando que su gestión fomenta virtudes como la generosidad, aunque su uso deba orientarse al bien común.

Del mismo modo, considera a la familia una institución natural e insustituible. La corrección más importante, sin embargo, es su defensa de la soberanía de la ley por encima de cualquier gobernante, sea o no filósofo, una idea que se convertirá en pilar del constitucionalismo occidental. Por otro, un estudio empírico de los Estados reales, donde analiza las causas de su estabilidad, su decadencia y las revoluciones. Es en esta segunda vertiente donde Aristóteles funda la ciencia política como disciplina, al estudiar no solo lo que debería ser, sino lo que es.

La Ética a Nicómaco

Aunque es un tratado de ética, esta obra es inseparable de La Política. Para Aristóteles, ética y política son dos caras de la misma moneda: la ciencia de la «vida buena». La ética se ocupa del bien del individuo, mientras que la política se ocupa del bien de la comunidad. Como el hombre es un «animal político», solo puede alcanzar su plenitud y felicidad dentro de la polis. Por tanto, el fin del Estado no es solo la seguridad o la riqueza, sino promover una vida virtuosa entre sus ciudadanos.

Ideas Clave de la Teoría Política de Aristóteles

El pensamiento de Aristóteles se aleja del idealismo radical de Platón para abrazar un realismo basado en la observación y el sentido común. Su punto de partida no es un ideal abstracto, sino el estudio de la naturaleza humana tal y como es. A diferencia de Platón, que en La República estaba dispuesto a sacrificar instituciones como la familia o la propiedad en aras de la unidad del Estado, Aristóteles las considera naturales e indispensables.

Esta diferencia de enfoque se manifiesta de forma clara en su concepción de la igualdad. Mientras que Platón admitía que las mujeres, al menos en la clase guardiana, podían desempeñar las mismas funciones que los hombres, Aristóteles defiende una desigualdad natural. Sostiene que hay personas que son «esclavos por naturaleza», pues carecen de la capacidad de deliberación racional, y que la mujer es por naturaleza inferior al hombre. Esta creencia en una jerarquía natural es fundamental para entender su visión del Estado (Sabine, 2009).

Esta jerarquía se hace notar en su teoría política al definir quién puede y quién no puede ser ciudadano. Para Aristóteles, la ciudadanía, es decir, el derecho a participar en el gobierno, es un privilegio reservado solo para aquellos que por naturaleza poseen la capacidad racional para ello. Así, el «esclavo por naturaleza» queda excluido por carecer de facultad deliberativa; su función es meramente instrumental.

La mujer, aunque posee dicha facultad, la tiene «sin autoridad», lo que la confina al ámbito doméstico. Incluso los artesanos y trabajadores, al no disponer del ocio necesario para cultivar la virtud, son considerados ciudadanos incompletos. Por tanto, el Estado de Aristóteles es una comunidad de iguales, pero solo entre aquellos considerados «naturalmente» iguales, excluyendo a la mayoría de la vida política.

El Estado, la Ley y el Ciudadano

A diferencia de Platón, que veía el Estado como una construcción artificial del filósofo, Aristóteles lo considera una comunidad natural que surge de la propia naturaleza social del hombre. La familia, la aldea y, finalmente, la polis son etapas de un desarrollo natural que culmina en una comunidad autosuficiente cuyo fin es la «vida buena».

En esta comunidad, la autoridad suprema no debe ser ninguna persona, ni siquiera el más sabio, sino la ley. Un gobierno que actúa conforme a la ley es un buen gobierno; uno que actúa por decreto arbitrario es despótico. La ley es la «razón desprovista de pasión» y garantiza que el gobierno actúe por el bien común y no por capricho.

El ciudadano, para Aristóteles, no es cualquier habitante de la ciudad, sino aquel que tiene el derecho y la capacidad de participar en las funciones deliberativas o judiciales de la polis.

La Clasificación de los Gobiernos

Aunque a menudo se le atribuye, la famosa clasificación de las seis formas de gobierno no es una invención original de Aristóteles, sino una sistematización y perfeccionamiento de la que ya había esbozado Platón en El Político. Sin embargo, Aristóteles la dota de un nuevo fundamento empírico, basado en su estudio de 158 constituciones, y refina los criterios de clasificación (Sabine, 2009). Si para Platón el criterio principal era el sometimiento a la ley, para Aristóteles el factor decisivo es el fin ético del gobierno. Utilizó dos criterios para ordenarlas:

  • El número de gobernantes: Uno, pocos o muchos.
  • El fin que persiguen: El bien común (formas puras o rectas) o el interés particular de los gobernantes (formas corruptas o desviadas).

De la combinación de ambos criterios surge su célebre tipología séxtuple:

Número de gobernantesFormas Puras (Bien Común)Formas Corruptas (Interés Particular)
UnoMonarquíaTiranía
PocosAristocraciaOligarquía
MuchosPoliteia (República)Democracia (Demagogia)
Fuente: Elaboración propia a partir de Sabine (2009).

Es crucial notar que, para Aristóteles, la democracia en este esquema es la forma corrupta del gobierno de las masas, donde los pobres gobiernan en su propio beneficio. La forma pura, a la que llama politeia, es un gobierno constitucional donde la mayoría gobierna en interés de todos.

El Mejor Estado Posible: La República

Aristóteles era un pragmático. Aunque teóricamente la monarquía o la aristocracia podrían ser las mejores formas de gobierno si se encontrara un hombre o un grupo de hombres de virtud excepcional, sabía que en la práctica esto era casi imposible. Por ello, se centró en encontrar la mejor forma de gobierno posible para la mayoría de las ciudades.

Su respuesta fue la politeia o república, un gobierno mixto que combina elementos de la oligarquía (gobierno de los ricos) y de la democracia (gobierno de los pobres). El fundamento social de este régimen es una clase media numerosa y fuerte. Según Aristóteles, los muy ricos tienden a la arrogancia y la violencia, mientras que los muy pobres tienden a la malicia y la delincuencia. La clase media, en cambio, está libre de estos extremos: posee una propiedad moderada, respeta la ley y es la más estable y racional. Un Estado con una clase media poderosa es, por tanto, el menos propenso a la revolución y el más capaz de lograr la estabilidad y el consenso.


FAQ: Preguntas Frecuentes

1. ¿Por qué se considera a Aristóteles el padre de la ciencia política?

Porque fue el primer pensador en estudiar la política de forma empírica, sistemática y comparada. En lugar de limitarse a imaginar un Estado ideal como Platón, Aristóteles y sus discípulos en el Liceo analizaron 158 constituciones reales para entender cómo funcionaban los gobiernos, qué los hacía estables y por qué caían en la revolución.

2. ¿Cuál es la principal diferencia entre la monarquía y la tiranía según Aristóteles?

La diferencia no está en la forma, sino en el fondo. Ambas son el gobierno de una sola persona. Sin embargo, la monarquía es la forma pura, donde el rey gobierna de acuerdo con la ley y buscando el bien común de todos sus súbditos. La tiranía es la forma corrupta, donde el tirano gobierna sin ley, de forma arbitraria y buscando únicamente su propio beneficio y poder.

3. ¿Por qué Aristóteles consideraba la democracia una forma «desviada» de gobierno?

Es importante la matización. Aristóteles usaba el término democracia para referirse a la forma corrupta del gobierno de las masas, donde los pobres, al ser mayoría, usan el poder para expoliar a los ricos y gobernar solo en su propio interés. A la forma pura del gobierno de las masas, que respeta la ley y busca el bien de toda la comunidad, la llamaba politeia (república o gobierno constitucional).

4. ¿Qué es más importante para Aristóteles: un buen gobernante o buenas leyes?

Sin duda, las buenas leyes. A diferencia de Platón, que confiaba en la sabiduría superior del filósofo-rey, Aristóteles era escéptico sobre la posibilidad de encontrar un gobernante tan perfecto. Por ello, defendía la soberanía de la ley por encima de cualquier persona. La ley es producto de la razón y la experiencia colectiva de generaciones, es imparcial y está libre de las pasiones que pueden nublar el juicio de un gobernante.

5. ¿Qué aconsejaría Aristóteles a los políticos de hoy?

Probablemente les diría tres cosas. Primero, que gobiernen siempre bajo el imperio de la ley. Segundo, que eviten los extremos y busquen el consenso y el equilibrio. Y tercero, y más importante, que su principal objetivo debe ser fortalecer a la clase media, ya que una sociedad con grandes desigualdades entre ricos y pobres es una sociedad inestable y condenada al conflicto.


Referencias

  • Sabine, G. (2009) Historia de la Teoría Política. Fondo de Cultura Económica.
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Santi Hernandez

Politólogo y divulgador científico. Creador de Política (con)ciencia

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