Tras el esplendor intelectual de Platón y Aristóteles, la ciudad-estado griega, el epicentro de su pensamiento, entró en una crisis irreversible. Las incesantes guerras internas y la imparable conquista macedonia de Alejandro Magno demostraron que la polis ya no era capaz de garantizar la seguridad ni de ofrecer una vida plena a sus ciudadanos. Aquel ideal de una comunidad autosuficiente donde el individuo se realizaba a través de la participación política se había desmoronado.
Este colapso generó un profundo sentimiento de desilusión y desapego. Si la vida pública ya no ofrecía un propósito, ¿Dónde podría el individuo encontrar la felicidad y la virtud? De esta pregunta fundamental nacieron nuevas escuelas filosóficas que, en lugar de intentar reformar el Estado, propusieron una solución radical: la retirada. Los epicúreos y cínicos son los máximos exponentes de esta «fuga del mundo». Aunque muy diferentes entre sí, ambos representan una protesta contra el fracaso de la ciudad-estado y un giro hacia la búsqueda de la autarquía individual como único camino hacia la salvación en un mundo incierto.
Tabla de Contenidos
La Ciudad-Estado Después de Platón y Aristóteles
El siglo IV a.C. marcó el ocaso de la ciudad-estado como forma política viable. Las teorías de Platón y Aristóteles se habían construido sobre la premisa de que la polis era la unidad política por excelencia, una comunidad lo suficientemente pequeña para permitir la participación directa y lo bastante grande para ser autosuficiente. Sin embargo, la realidad se impuso con brutalidad. La conquista macedonia demostró que las pequeñas ciudades eran militarmente inviables frente a los grandes imperios.
Este fracaso político tuvo consecuencias profundas en la mentalidad de la época (Sabine, 2009). Los ciudadanos, que antes se sentían parte integral de su comunidad, pasaron a sentirse súbditos impotentes de reinos lejanos. La política se convirtió en algo ajeno, gestionado por monarcas y burócratas, no por ciudadanos en la asamblea. La vieja fe en que la polis era el marco de una vida buena se quebró, y los individuos se vieron forzados a buscar la felicidad y la seguridad por sí mismos, al margen de la vida pública.
Los Epicúreos
La escuela epicúrea, fundada por Epicuro de Samos (c. 341-270 a.C.), ofreció una respuesta a esta crisis a través del apartamiento voluntario de la política. Su filosofía no buscaba reformar la sociedad, sino crear pequeños oasis de felicidad para grupos de amigos.
Ideas Políticas Clave
- Pensamiento Apolítico: El principio fundamental de los epicúreos era «vive ocultamente». Sostenían que la vida pública, con su ambición, sus rivalidades y sus peligros, era una fuente inagotable de ansiedad y dolor, y por tanto, el principal obstáculo para la felicidad. El sabio debía evitarla a toda costa.
- El Estado como Mal Necesario: A diferencia de los cínicos, los epicúreos no eran anarquistas. Veían el Estado como una institución puramente utilitaria. Su única función era garantizar la seguridad mínima para que los individuos pudieran dedicarse a sus asuntos privados sin ser molestados. El Estado nace de un pacto implícito entre individuos egoístas que acuerdan no dañarse mutuamente para poder vivir en paz. Tendrían que pasar muchos siglos para que estas ideas pudieran volver a ser utilizadas por autores como Hobbes.
- La Autarquía del Placer: El fin de la vida es la felicidad, entendida como la ausencia de dolor en el cuerpo y de turbación en el alma (ataraxia). Esta autarquía o autosuficiencia se alcanza en la esfera privada, cultivando la amistad, el conocimiento y los placeres moderados, no en la vida pública.
En esencia, el epicureísmo representa la primera gran teoría que separa radicalmente la ética de la política y que fundamenta el Estado en el puro egoísmo individual, anticipando ideas que siglos más tarde desarrollaría el liberalismo.
Los Cínicos
Si los epicúreos optaron la ausencia de política, los cínicos eligieron la protesta abierta y escandalosa. Fundada por Antístenes, un discípulo de Sócrates, pero popularizada por la figura legendaria de Diógenes de Sínope, la escuela cínica representa la renuncia más radical a todos los valores y convenciones sociales.
Ideas Políticas Clave
- Rechazo Total de la Ciudad-Estado: Para los cínicos, la polis y todas sus instituciones (la propiedad, el matrimonio, la religión, el gobierno) eran artificiales y contrarias a la naturaleza. Por tanto, no merecían ninguna lealtad. El sabio cínico es un vagabundo, un exiliado voluntario que desprecia las leyes y las costumbres.
- Cosmopolitismo: Al ser preguntado por su origen, Diógenes respondía: «Soy un ciudadano del mundo» (kosmopolites). Esta es una de las ideas más revolucionarias de los cínicos. Al negar su pertenencia a una ciudad-estado concreta, afirmaban que la única comunidad real era la de todos los hombres sabios del mundo, sin distinción de raza o polis.
- La Autarquía del Sabio: La autarquía cínica es mucho más extrema que la epicúrea. Es una autosuficiencia total que se logra reduciendo las necesidades al mínimo y despreciando todo aquello que la gente valora: riqueza, poder, fama. El sabio es feliz porque no necesita nada ni a nadie. De alguna manera, los cínicos no veían ciertos valores como la propiedad o la libertad como mejores o peores, solo eran superficiales, igualando a todas las clases sociales y tipos de personas desde el nihilismo extremo y lo mínimo.
Los cínicos no desarrollaron una teoría política sistemática, pero su individualismo radical y su desprecio por las convenciones representaron una forma de nihilismo que socavó los cimientos mismos de la ciudad-estado.
Epicúreos y cínicos, a pesar de sus enormes diferencias de estilo, marcan un punto de inflexión en la historia del pensamiento. Su aparición certifica la muerte de la ciudad-estado como ideal político y moral. La gran pregunta de Platón y Aristóteles —»¿qué es un Estado justo?»— es reemplazada por una nueva cuestión, mucho más personal: «¿cómo puede un hombre bueno vivir en una sociedad mala?».
Ambas escuelas encontraron la respuesta en el individuo. Trasladaron el ideal de la autarquía, que antes pertenecía al Estado, a la vida personal del sabio. La felicidad ya no se buscaba en la plaza pública, sino en el jardín privado o en la renuncia a todo vínculo social. Este giro hacia el interior, esta búsqueda de una salvación individual en un mundo que se percibe como corrupto e ingobernable, es su legado más profundo. Aunque sus soluciones no fueran políticas, abrieron la puerta a nuevas concepciones como el estoicismo y a algunos autores del liberalismo y, en última instancia, prepararon el terreno para la idea de una ciudadanía universal que trascendería los límites de la antigua polis.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Por qué surgieron las escuelas epicúreas y cínicas?
Surgieron como una reacción directa al fracaso de la ciudad-estado, que era el centro del pensamiento de Platón y Aristóteles. La conquista de Grecia por parte de Macedonia demostró que la polis ya no podía garantizar la seguridad ni una vida plena, lo que provocó una crisis de fe en la política y un giro hacia filosofías de salvación individual.
2. ¿Cuál era la principal diferencia política entre epicúreos y cínicos?
Los epicúreos eran apolíticos pero no anarquistas; veían el Estado como un mal necesario cuya función era proporcionar la seguridad indispensable para que pudieran dedicarse a su vida privada. Los cínicos, en cambio, eran antipolíticos; rechazaban el Estado y todas las convenciones sociales por considerarlas antinaturales y corruptas.
3. ¿Qué significaba la «autarquía» para estas escuelas?
Mientras que para Aristóteles la autarquía era una cualidad de la ciudad-estado (ser autosuficiente), para estas escuelas era una meta individual. Para los epicúreos, significaba alcanzar un estado de tranquilidad y placer moderado al margen de las turbulencias del mundo. Para los cínicos, era una independencia radical, una autosuficiencia virtuosa lograda mediante el desprecio de todas las necesidades y deseos materiales.
4. ¿Eran realmente los epicúreos unos hedonistas que solo buscaban el placer?
No en el sentido moderno de la palabra. Aunque su fin era el placer, no se referían a los placeres sensuales y desenfrenados, sino a la ausencia de dolor y a la serenidad del alma (ataraxia). De hecho, defendían una vida muy sencilla y moderada, ya que creían que los deseos excesivos eran la principal fuente de sufrimiento.
5. ¿Qué legado dejaron los cínicos?
Aunque no fundaron una doctrina política, los cínicos introdujeron ideas de enorme influencia. Su concepto de «ciudadano del mundo» (cosmopolitismo) y su apelación a una vida «conforme a la naturaleza» en contra de las convenciones fueron ideas que recogió y desarrolló posteriormente la escuela estoica, que a su vez influiría decisivamente en el derecho romano y en el pensamiento cristiano.
Referencias
- Sabine, G. H. (2009). Historia de la Teoría Política. 3ªEdición. México. Fondo de Cultura Económica